Tomo IX
Carta de Miranda a William Pitt
Doc. 1232
Nº 3 correspondiente al nº VIII del Registro de 1790
Propuesta. En consecuencia de
tenida en Hollwood el 14 de febrero de 1790
la opresión infame en que
negando a sus naturales de todas clases el que puedan obtener
empleos militares, civiles o eclesiásticos de alguna
consideración y confiriéndolos sólo a españoles europeos de
baja esfera, por lo general, que vienen allí únicamente para
enriquecerse, ultrajar y oprimir los infelices habitantes, con una
rapacidad increíble, prohibiendo aún a la nobleza americana el
que pase a España ni a ningún otro país extranjero sin Licencia
particular del Rey, que rarísima vez se concede; verificándose
así el tenerlos aprisionados sin causa ni motivo alguno y, lo que
es más aún, oprimir también el entendimiento con el infame
tribunal de
publicación útil parezca, capaz de ilustrar el entendimiento
humano, que así procuran degradar, haciéndole supersticioso,
humilde y despreciable por pura crasa ignorancia.
Los pueblos de varias Provincias de
desesperación, con el exceso de tributos, injusticias y toda suerte
de abusos, se han sublevado en diversos períodos, más sin
conseguir el alivio que buscaban porque viniendo a someterse al
fin, han aumentado más bien sus calamidades. Caracas se
levantó por los años de 1750. Quito en el de 1764. México
trataba de su Independencia con
estuvo sublevado en marzo de 1781 y en el mes de junio de este
propio año (1781) el reino de Santa Fe de Bogotá en rebelión,
expulsó al Virrey y tropas europeas, quedándose el pueblo
dueño del país...Vinieron a una capitulación después en que el
Rey se sometió a todo, ofreciéndoles cuanto deseaban y luego
que recobró el poder, rompió dicha estipulación, faltó a su
palabra y les ha tratado con la mayor crueldad, propasándose
aún a hacer aprisionar otros sujetos de primera distinción en
aquellos países por órdenes arbitrarias o Lettres de Cachet, sin
que estas personas hubiesen dado el menor motivo para ello.
En esta situación pues,
repeler una dominación igualmente opresiva que tiránica y
formarse para sí un gobierno libre, sabio y justo, con la forma
que sea más adaptable al país, clima e índole de sus habitantes,
etc. Tanto más que en ello no se usurpa ni hace la menor
injusticia a los Reyes de España, que todo el mundo sabe cuán
poco contribuyeron a los gastos del Descubrimiento del Nuevo
Mundo y en nada seguramente para las conquistas... por lo cual,
sin embargo, se han hecho pagar sobradísimamente, si no es que
se quieran alegar por derecho fundamental de los herederos y
sucesores de don Fernando el Católico,
Papa español Alejandro VI, cuyo asunto más es para tratarlo
jocosamente en el día que en una discusión seria.
Por sí sola podría América verificar la expulsión antecedente,
siendo superior en población y mucho más en riquezas a la
España, mas si se considera la extensión de aquel continente y
las grandes distancias que hay de una capital a otra; si se
observa que no hay caminos para comunicarse por tierra, siendo
preciso el ir por mar de una a otra parte y lo que es más aún, el
no haber en todos los dominios españoles de aquel hemisferio
una sola gaceta por donde comunicar las ocurrencias de una a
otra provincia, se ve que es imposible obrar de acuerdo y que,
por consecuencia, es indispensable para ello una fuerza marítima
que preserve las comunicaciones libres y resista a las que la
España envíe a fin de obstruir estos designios.
A ninguna potencia le es esto más fácil que a
los principios de justicia, reciprocidad perfecta hacia
propios intereses.
ofrecer con preferencia a
pagar puntualmente los servicios que se le hagan y aún para
pagar una parte esencial de
por cuyas razones, juzgando de mutuo interés estos importantes
asuntos, espera
a
combinando un plan de comercio recíprocamente ventajoso,
vengan estas dos naciones a formar el más respetable y
preponderante cuerpo político del Mundo.
Si se considera la analogía de carácter que hay entre estas dos
naciones y los efectos inmediatos que es necesario produzca la
libertad y el buen gobierno, dando una instrucción general a la
masa de
preocupaciones religiosas en que están imbuidos aquellos
pueblos, por otra parte honrados, hospitalarios y generosos, no
se debe dudar que formaran en breve una nación respetable,
ilustre y digna de ser el aliado íntimo de la potencia más sabia y
más célebre de la tierra.
El estado adjunto manifiesta la población, riquezas y productos
actuales de
de Europa, etc., y un plano comparativo de
presentemente, por donde se puede inferir la disparidad que hay
en favor de la primera y la imposibilidad en que está la segunda
de hacer una oposición eficaz, siempre que la combinación
antecedente se llevase a debido efecto. La practicabilidad de
todas las operaciones militares (para lo cual se requieren sólo 12
a 15.000 hombres de infantería y 15 navíos de línea) será asunto
para explicarlo después si fuese necesario, como asimismo la
posibilidad de formar sin mayor dificultad un canal de
navegación en el istmo de Panamá, que facilite el comercio de la
China y del mar del Sur con innumerables ventajas para la
Inglaterra, América, etc..
En Londres, a 5 de marzo de 1790.
Don Francisco de Miranda
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